Pasa en los Medios: Vecinos de ficción

Vecinos de ficción


Por Leticia Leibelt

Quien esté familiarizado con la convivencia en un edificio y las reuniones de consorcio sabe perfectamente que las situaciones que se producen en “Aquí no hay quien viva” son tan absurdas como posibles.
La nueva apuesta de martes y jueves en Telefé – anunciada para las 22:15 pero emitida cerca de las 22:30 – arrancó con muy buenas actuaciones, escenarios divertidos y un guión basado en el humor rápido, dentro del que se relatan los conflictos que ocurren entre un heterogéneo grupo de vecinos.
La comedia – adaptación de un exitoso formato español trasmitido por Antena 3 entre 2003 y 2006 – se desarrolla en un edificio de tres pisos: dos departamentos por piso, una terraza y un video club en la planta baja. Allí se suceden peleas por el poder, tensiones generadas por la mezcla de clases sociales y constantes discusiones típicas de la cotidianeidad de un consorcio, como las infaltables fallas del ascensor y los ruidos molestos. Cualquier similitud con la realidad no es mera coincidencia.
La mudanza al edificio de una joven pareja formada por Federico (Mariano Torre) y Lucía (Julieta Ortega) sirvió como disparador para presentar a los personajes de esta delirante historia, que incluye una pareja gay que debe ocultar su homosexualidad; dos amigas jóvenes (Jorgelina Aruzzi y Paula Morales), una mantenida por la otra; el joven e inseguro empleado del video club; una familia liderada por un chanta matriculado que pretende quedarse con la presidencia del consorcio y, por supuesto, el presidente Juan Cuesta (Eduardo Blanco) y su peculiar grupo familiar.
Pero los especimenes más interesantes de esta fauna son un encargado vago – con una genial actuación de Daniel Hendler –, un vendedor de libros puerta a puerta (Roberto Carnaghi) y las divertidísimas hermanas Turrienzo, tres viejas solteronas y chusmas encabezadas por el personaje de Norma Pons.
Lo más interesante de esta propuesta, que debutó con un buen rating para esta época del año – 20.1 puntos el primer programa y 15 el segundo –, es que reúne a un elenco de dimensiones pocas veces vistas por estos días en una producción televisiva y que, además, combina dos generaciones muy distintas de actores, que sin embargo logran encajar perfectamente en la trama a pesar de sus diferencias de edad y de trayectoria. Aprovechando el descanso veraniego de Gran Hermano, “Aquí no hay quién viva” logra hacerle honor a la inmortal frase “somos actores, queremos actuar” del 99.

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